martes, 3 de enero de 2012

Tolerancia civil

La tolerancia no es un bien en sí mismo, puede ser fomentada por un grupo con el control social haciendo propaganda con los medios de comunicación para fomentar sus intereses o lo que considera necesario para sus fines.

Puesto que las mentalidades - en algunos sujetos - evolucionan más rápido que las leyes, existe un desfase entre la moral social, la de un grupo legítimo, y las leyes cívicas. Así, algunas disposiciones de la ley pueden, en un momento dado, ser reconocidas como inadaptadas y, por eso, no ser aplicadas más que parcialmente o nada en absoluto, por falta de medios o de seguimiento social. Así Georges Clémenceau decía en Au soir de la pensée, "Toda tolerancia se convierte a la larga en un derecho adquirido."

Históricamente, la primera noción en el sentido contemporaneo de tolerancia es la defendida por John Locke en su Carta sobre la tolerancia, que es definida por la fórmula "dejad de combatir lo que no se puede cambiar".
Desde un punto de vista social, permite aquello que es contrario a la moral o a la ética del grupo con el control social. Permite tambien desigualdades y diferencias dentro de la sociedad. Se trata principalmente de un comportamiento frente a una situación que se juzga mala, pero que se acepta porque no se puede hacer otra cosa o se considera la más conveniente.

El respeto al individuo y a sus ideas interviene solamente a partir del momento en que no se puede convocar el poder público contra su manera de actuar y este respeto no aparece globalmente hasta a partir de 1948 y de la declaración universal de los derechos humanos.

En este marco, la tolerancia no es un valor individual, sino un dinamismo que evoluciona entre la recepción de la regla y la aptitud del poder para hacer que se respete la misma.

Esta noción de tolerancia depende pues de la manera en que el poder concibe su relación con la verdad y de los medios que está dispuesto a invertir para hacer valer esta concepción.

Se pueden citar como ejemplos:
  • Las situaciones de esclavitud y tolerancia de la esclavitud a lo largo de la Historia, a pesar de las condenas a la misma por alguno grupos que se saldaron con catastroficos enfrentamientos sociales repetidamente.
  • La sucesión a lo largo de la Historia entre el permiso y prohibición de abortar para las mujeres y los que las asisten.
  • El procesamiento y posterior encarcelamiento de familias inmigrantes por realizar practicas tradicionales en sus hijas como la ablación genital mientras la circuncisión de los hijos varones es tolerada.
  • La denominada contemporáneamente violencia de género, el asesinato de mujeres a manos de su pareja sentimental, que ha provocado en España por ejemplo, cambios en el código penal y campañas institucionales denominadas "Tolerancia cero" debido a la falta de movilización social ante el problema.
  • Los debates contemporáneos sobre la homosexualidad. Mientras el poder público considera las prácticas de esta minoría como delito, es fácil amenazar a un homosexual con la pérdida de su trabajo u organizar cazas de homosexuales las cuales permanecen impunes.
Desde que el delito ha desaparecido del código civil de la mayoría de países democráticos, se respeta a los individuos al tiempo que se manifiesta en contra de aquellos proyectos que apuntan a reconocerles el pleno disfrute de los Derechos Humanos.
  • Los medios de comunicación y los debates públicos comtemporáneos insisten en la necesidad de recortar los derechos laborales adquiridos, a los que denominan privilegios, o insisten en la necesidad de defender los intereses económicos de la banca, como desauciar a los inquilinos o no indemnizar a los inversores mientras fomentan el lujo y las empresas vinculadas a él. Utilizando medios publicos o privados propagandisticos hablan en terminos deseables y halagüeños de la prosperidad y la bonanza que la situación económica ofrece a individuos o grupos nativos o de recien llegados, mientras colectivos nativos o de recien llegados, con un número mucho mayor de individuos marginados socialmente, privados de sus derechos e incluso recluidos al margen de la legalidad en guetos o "Vallas de Seguridad", no reciben ningún tipo de atención por estos medios de comunicación y cuando situaciones de estallido social se producen, no se informa de ellas o se dá una lectura parcial.
  • las casas de tolerancia, establecimientos de prostitución antaño reglamentadas por la ley francesa y después prohibidas.
Las modalidades de aplicación de las leyes que deberían depender de los decretos que las promulgan, dependen de hecho a menudo de la disponibilidad del poder de hacer que se apliquen. Por ejemplo, los decretos Jean Zay (1936) prevén la prohibición de llevar signos religiosos y políticos en las escuelas francesas, sin embargo, la no aplicación de esos decretos ha conducido a someter una nueva ley sobre el mismo tema en 2004.